(Templo de la Luna y el Cerro Gordo)
Hacia el 150 d.C. en el norte de la Cuenca, Teotihuacan comenzó a consolidarse como centro de poder regional, en parte favorecido por su ubicación en el camino hacia el Golfo de México, la irrigación de agua de los ríos San Juan y San Lorenzo, la proximidad con yacimientos de obsidiana de Otumba y el Cerro de las Navajas y la eficacia de sus estructuras de poder .
En los recientes estudios de Emily Mac Lung de Tapia sobre el paisaje del valle de Teotihuacan sostiene que los pobladores realizaron una explotación sustentable de los recursos de la región dentro de sus posibilidades tecnológicas y aunque no hay datos contundentes a falta de estratos de estudios, se considera que entre 100 y 1000 d.C., como un periodo de mayor humedad, que casualmente, coincide con el esplendor de Teotihuacan. La misma autora realiza un breve análisis de las pinturas murales en el cual se presentan varios elementos del paisaje como la agricultura, las montañas, las plantas y el ser humano como personaje vinculado y transformador del entorno.
Seguramente como se muestra en las pinturas murales el Tlalocan era la idealización del paisaje teotihuacano donde los hombres conviven entre flores, plantas medicinales y caudales de ríos. De los personajes se desprende la vírgula (verbo de la palabra) y sus rostros reflejan sus sentimientos en aquel mundo paradisíaco. Frente a ellos aves, mariposas y signos de escritura se desglosan en un mensaje del todo indescifrable. Este mural de Tepantitla es importante en tanto que nos ayuda a entender la formación de la cosmovisión teotihuacana a partir de su entorno natural en el diseño de su ciudad, pero también el modo en cómo repercutirá en las siguientes culturas mesoamericanas.
(Tlalocan, el paraíso de Tláloc)
Recientemente la arqueología dio un vuelco a la interpretación y significado de las monumentales construcciones teotihuacanas, las pirámides del Sol y de la Luna. La tradición mexica acuñó el término de “Teotihuacan” al ver estas grandes estructuras y creyeron que ahí se originaron los astros del cielo como el Sol y la Luna, en torno al cual crearon un mito de creación a través de un sacrificio.
Durante mucho tiempo este mito quedó vinculado con los dos grandes basamentos, sin embargo, por los trabajos de exploración realizados y la localización de entierros de niños sacrificados en las cuatro esquinas de cada basamento del templo sugiere que estuvo dedicada al culto de los dioses de la lluvia. Los mexicas le llamaron al templo más grande como “tonatiuh itzacual o encierro del Sol”, vinculando a sus tradiciones fijamente cimentadas en la dualidad del cielo celeste con las pirámides de la gran ciudad. Pero tal y como se explica en la revista Arqueología Mexicana No.28: “Además, el hecho de que la pirámide esté rodeada por un canal y una gran plataforma ha llevado a ver al conjunto como una representación de un monte sagrado, contenedor del agua y las riquezas universales” (p.47) . Es decir, la pirámide del Sol estuvo dedicada a Tláloc relacionado con su acepción de Tlalli (tierra), el origen primigenio de la deidad, con la entrada al inframundo a través de las cuevas de los cerros y dador de vida.
La pirámide de la Luna vinculada con lo femenino, con la diosa de las aguas terrestres y los ríos superficiales . Otro punto importante a destacar es el simbolismo plasmado en las construcciones que es una réplica de su entorno natural, las montañas como guardianes del agua obsequiada por Tláloc. La pirámide de la Luna que al igual que la del Sol fue asignada como el “encierro de la Luna” estuvo realmente dedicada a la diosa Chalchiuhtlicue, la diosa de las aguas dulces, según las esculturas encontradas al pie del templo. Así el significado del eje rector de Teotihuacan es el agua que cae en forma de lluvia y el agua que brota de la tierra.
La pirámide de la Luna vinculada con lo femenino, con la diosa de las aguas terrestres y los ríos superficiales . Otro punto importante a destacar es el simbolismo plasmado en las construcciones que es una réplica de su entorno natural, las montañas como guardianes del agua obsequiada por Tláloc. La pirámide de la Luna que al igual que la del Sol fue asignada como el “encierro de la Luna” estuvo realmente dedicada a la diosa Chalchiuhtlicue, la diosa de las aguas dulces, según las esculturas encontradas al pie del templo. Así el significado del eje rector de Teotihuacan es el agua que cae en forma de lluvia y el agua que brota de la tierra.
En las imágenes anexas a este escrito se muestran perspectivas fotográficas que corroboran el hecho de que la pirámide de la luna es en realidad una representación estilizada del Cerro Gordo que se encuentra en el fondo, lo cual se percibe a través de sus basamentos de cuerpos geométricos. El templo-cerro a su vez sirve de adoratorio a la diosa Chalchiuhtlicue que se ostentaría en la cima del mismo. Ahora, si observamos la pirámide del Sol desde el primer cuerpo de la pirámide de la Luna, puede observarse la gran similitud entre la forma del templo con la silueta que describe la Sierra de Patlachique en el fondo, el gran cuestionamiento surge: ¿acaso la verdadera construcción teotihuacana tendrá mayor coincidencia con la Sierra de Patlachique?. Esto lo cuestiono porque como lo han asegurado algunos arqueólogos la reconstrucción realizada por Leopoldo Bartres entre 1905 y 1910 deformó la verdadera disposición del templo y le restó altura.
(Chalchitlicue, diosa de las aguas dulces)
De ser acertada la pregunta entonces ambas pirámides son una representación del paisaje que se asocia con la agricultura, la vida y el equilibrio social. Es la idea del Áltepetl, que significa agua-montaña y que revela la importancia del ambiente en la vida de una sociedad. Los murales de Tetitla, Tepantitla y Atetetelco sólo son imágenes que evocan el sentido profundo y esencial del pueblo teotihuacano al cual había que rendirle culto. Tal vez es en este sentido que los mexicas no se equivocaron, Teotihuacan sería el lugar donde se originaron los dioses.
Es importante señalar que también en Mexico-Tenochtitlan en el periodo Posclásico el Teocalli Sagrado (Templo Mayor) es una representación de la montaña sagrada de Coatepec, a partir del cual se señalaba el "axis mundi"del Excan Tlatoloyan o mal llamado imperio mexica. De este modo se puede señalar que el paisaje y la ubicación geográfica de las ciudades prehispánicas jugaron un papel importante dentro de la percepción cósmica de sus pobladores, pues fue a través del paisaje que construyeron y orientaron sus templos y diseñaron sus ciudades, fueron la referencia de ubicación y de señalamiento de límites territoriales, pero fueron también ( sobretodo las montañas) lo lugares de donde brotaba el sustento y surgían los pueblos.
IMÁGENES ANEXAS
http://docs.google.com/viewer?a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxoaXN0b3JpYXJlY3JlYXRpdmF8Z3g6MTc0MWRhYTNkMjU2ZTAwMA
FUENTE DE CONSULTA
Arqueología Mexicana. Teotihuacan, guía visual. No.28. Méxic, Editorial Raíces, 2008.